Climatización y energía renovable
El uso de la energía renovable para establecer el consumo eléctrico de la vivienda se consagra como el modelo alternativo más sostenible para preservar el medio ambiente. Teniendo en cuenta que la casa se beneficia de recursos gratuitos, que nunca se terminan y que, además, proceden de la propia naturaleza sin alterar sus componentes, estas instalaciones garantizan la eficiencia energética que se precisa para ahorrar tanto en energía como en la economía doméstica.
Las autoridades europeas han establecido, asimismo, el plan 20 20 20, que consiste en que todos los países de la unión cumplan con los siguientes objetivos durante el año 2023:
- Por un lado, reducir los gases de efecto invernadero que tanto dañan a la salud del planeta en un 20%.
- Por el otro, aumentar la eficiencia energética en un 20% en los hogares.
- Por último, impulsar la demanda en un 20% de las instalaciones de energía renovable o de autoconsumo.
En este sentido, es importante destacar que el Ejecutivo español, para llevar a cabo este tercer punto, destina una parte de los presupuestos anuales para las Comunidades Autónomas a la subvención de instalaciones de energías renovables. Depende de la inversión e importancia que decida cada territorio, pero las ayudas suelen ostentar entre los 3.000 y los 4.500 euros.
Es evidente que cada hogar tendrá unas necesidades específicas que cubrir. No obstante, debido al auge de la demanda de estos sistemas provoca que se desarrollen aplicaciones y herramientas para adaptarse a todo tipo de hogar. El mercado, asimismo, dispone de una variedad de modelos para mejorar el sistema de climatización, entre los que destacan:
Los sistemas de energía solar fotovoltaica
Supone el sistema más conocido y popular entre todos los disponibles en la actualidad. Se trata de un equipo de autoconsumo en el que el propio usuario es capaz de producir su propio suministro para la casa a través de paneles solares que recogen la radiación del Sol para transformarla en consumo eléctrico: luz, gas, electricidad, calefacción y agua caliente sanitaria.
Una de las mayores ventajas de este sistema supone la independencia energética, puesto que, si se dispone de un exterior amplio y unas condiciones geográficas favorables, no se conecta a la red eléctrica convencional. Es en este momento en donde el usuario experimenta el considerable ahorro en las facturas.
Por otro lado, la energía solar fotovoltaica se compone de baterías para almacenar el suministro eléctrico suficiente para emplear por las noches o en días con temperaturas poco favorables.
La energía solar térmica
Su demanda se ha disparado en los últimos años en el campo de las energías renovables debido a que favorece las políticas de aire limpio propuestas por las autoridades mundiales. El mercado de la energía solar térmica creció en España un 2% en 2018. Se trata de una tendencia muy positiva para frenar el efecto de la crisis climática del presente.
La instalación de energía solar térmica se aprovecha también de los beneficios del Sol, que recoge con la ayuda de las placas solares, para producir calor para una vivienda doméstica, de tal manera que se abastece de calefacción y agua caliente sanitaria. También puede revertir su sentido y producir aire frío, de tal manera que serviría para climatizar en todas las estaciones del año.
El sistema aerotérmico
Por último, la aerotermia es una tecnología que extrae entre el 70% y el 80% del aire ambiental para alimentar el hogar de calefacción y agua caliente sanitaria. Se componen de unas bombas de calor que pueden transportar energía tanto para proporcionar calor como frío en los sistemas de calefacción.
Esta instalación permite un ahorro en las facturas eléctricas que puede ser del 25% si se compara con el sistema de gas natural y del 50% en el caso del gasoil.
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